El frío martillea con fuerza las sienes.

Haces ademán de no saber dónde poner las manos,

De tu boca sale vaho,

no es oportuno encenderse un cigarro,

por eso, de qué ya no te sientes las manos,

la ciudad se despierta de un sueño largo.

Tras la ventana todo parece, estar en orden.

Las aceras, los edificios sentados, cansados,

mirando al cielo.

Los árboles desnudos...

El frío te conduce a un extraño

estado de embriaguez.

Castigadas por el paso del tiempo,

una sequedad evidente,

mis manos,

vacían la terquedad de estos días encendidos.

Iluminado por la luz verde de luciérnagas

camino,

por esta ciudad de metal y polvo,

cuándo la noche arropa con un manto

negro

los edificios, los parques, las glorietas...

los árboles acarician un cielo,

peinado de nubes de algodón rojas,

las calles exudan la humedad con la que

mojan las aceras,

y de repente,

algo se interpone entre el cielo y yo,

nieva, caen copos cómo cientos

de polillas blancas volando,

y la ciudad asume el frío con tos,

vieja e impredecible,

esta Barcelona,

se viste de blanco,

marfil de diente,

nieva, en silencio..

sigue la nieve,

en silencio..

Sucumbirás ante el desencanto de este televisor de tubo.

Recitando “mantras” de una realidad tuberculosa.

Bajarás el portal, y en la calle te sentirás pequeño,pequeño...

con esta lluvia de alfileres de metal.

Te sentirás envuelto en una nube rosa de rebajas

al setenta por ciento de descuentos,

y aguzando la vista,

algo sentirás por el “homeless” que se adormece

en el cajero.

Te gustaría abrazar a un amigo,

pero sólo encontrarás “zombies”

agarrados a sus “blackberries “

tal vez debas hablar en esta realidad virtual,

besar una cara en esta red social

de la que todos somos amigos,

y en el puerto, un vuelo de gaviotas,

alcanzar.

Y si son síntomas de cambio?

El cielo manchado de estelas,

azul cobalto, se enciende,

hora crepuscular.

Y si viene el frío de sopetón,

Y a los pobres árboles qué aún visten

hojas perdidas a alguien,

que ellos retienen?

Vendrá el invierno que hasta ahora nos daba

una primavera anticipada?

Nieves, y termómetros estornudando ?

Lo que parece un sueño

o una broma mal gastada del inconsciente,

parece que se viene dibujando

una sonrisa a medio ejecutar,

el frío se nos va enquistar,

mandando lejos los pájaros

que anidan en la iglesia,

y si son síntomas de cambio,

qué vengan, sin dudar.

Lanzo dardos envenenados a tu piel de ballena.

Que se quiebran,

se diluyen en el humo gris de un cigarrillo.

Nada retorna, si un día mostró brillo

y sincronicidad .

Si un día mostró signo de acoplo.

Mi osadía que apenas subyacía

se pierde en la enormidad de esta ciudad nerviosa.

Veo tus pupilas verdes, en cada calle, en un abrigo de rebajas,

hoy el día se viste de ordinariez.

Y medio aturdido por un química inútil,

sigo hundiéndome,

en los viejos libros,

las viejas películas

en un dibujo tuyo mal colocado

en mi habitación,

y tengo presente,

lo que no vuelve,

y pasa a ser, amargo...

Comerse el viento concedido tras esta calle negra,

levantar la vista arriba, arriba...

y abservar un vuelo de palomas.

Conducir errado de caminos,

centelleando mis pupilas,

sobrevuelo esta ciudad derruida.

Qué si una farola me enseña su risa,

devolverle, el cambio,

y la propina.

Nadar entre luces y

también sombras,

volver a construirse,

volver a componerse,

espero tus ojos,

tu mirada de vidrio,

reflejándose

en los míos.