miércoles, 29 de febrero de 2012

martes, 28 de febrero de 2012


Pelearé cómo el más terrible pit-bull,
Mis ojos serán dos onix y guardarán su fuerza.
El miedo será una piel de plátano.
Tu odio me engrandece,
tu indiferencia será un bastón.

Usaré las armas con el qué atacas,
cómo dardos de curaré,
para anularte, desvalijar tu caparazón,
viajando por conexiones,
dejaré el pueblo que marcaba el letrero,
a cien kilómetros...
sin apenas despeinarme.

Volveré a enamorarme del pene de Rasputín,
o de Afrodita,
o lo que sea,

ardo de fuego azul,
de pupilas grandes cómo discos negros,

la música me transportarán por los años
qué preñaban nuestras cabezas de metal.

La risa, el sentido del humor,
se volverá escandalosa,
y poco a poco
despegaré de Callo Cañaveral
para darme unas vueltas
a un carrusel de nebulosas,

No vaciles,
no temas,
mi disparo más que certero,
necesario,

menos mal, no he perdido
mi autobús!



"...Suave como el peligro atravesaste un día
con tu mano imposible la frágil medianoche..."
Leopoldo María Panero


esta montaña repleta de clozapina no me deja ver,
no me deja soñar,
ni alejarme por los prados dónde rumian otros
al otro espacio del espejo,

tenías razón, en el otro lado del espejo,
van desnudos y ríen en silencio,
como Ares y Marte,

la muerte repta por los confines de la puerta,
De repente el cielo derrama clavos y herrumbre,
y yo cierro mis ojos de cuencas, cuevas...

para hacer el amor,
segundos de electricidad,
con la imagen que no veo,
las manos que no sienten,
y la presencia dormida.

viernes, 24 de febrero de 2012





La cerilla arde,
se enciende el fósforo.
Combustión.

Qué pretendes?

Dos, unidos por un cordón umbilical
sé que piensas,
intuyo tormenta,
qué se desprende de la suela de tu bamba?

Chispazo. Azul.

Mierda DE día,
de medios días,
de noches sin guía.

martes, 21 de febrero de 2012

sábado, 18 de febrero de 2012

Había pensado en buscar y rescatar, algo de” Sr. Chinarro”...
he recordado mientras hablaba contigo, cómo en un “dejavuú “
terrible,
que nadie atravesó el mar sin un salvavidas...
y que me hiciese un pespunte, ….
la locura casi me hace olvidar que podía caminar y sonreír.
Me mete bien adentro en una cueva sin luz,
pero de la calidez de tu voz,
la cara que no conozco,
existe algo que me tira hacia la luz...
por qué todo vuelve si fue cierto.
Antony desgarra nuestras venas,
pule el color blanco roto de las paredes,
y te hace recordar
que aún es invierno,
y los árboles esconden,
su flor.

viernes, 10 de febrero de 2012

Te dije que no abarcaras la inmensidad del cielo
con tus ojos grandes,
que rompe los huesos y los astilla,
esta ciudad de muertos,
los millares de coches,
que ruedan,
las personas que se rozan sin darse cuenta que están dormidos.
Si te sientes vacío,
cógete la almohada
y roela por las noches de luna llena,
te dije que no pretendas entender la luz,
y la sombra.
Te dije algo,
pero ya te habías ido,
caminando,
a lo lejos...

martes, 7 de febrero de 2012

Delira mi cabeza, laminadas,
en lonchas finitas
finitas...

Aguanto el porte,
soy un perchero sobrecargado de ropas

Ando por la calle callando los latidos de la esquizofrenia,
una moneda de plata se vislumbra en el cielo,
brillante,
y yo sonrío.

No me roces,
que el hambre,
los días de calendario
y demasiadas noches dormidas
en porciones,
aniquilan eso tan hipócrita, tan abstracto, tan raro,
qué es la bondad.


qué gran descubrimento : ---Vetusta Morla---


Un día en el mundo (2008)

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El corría, nunca le enseñaron a andar,
se fue tras luces pálidas.
Ella huía de espejismos y horas de más.
Aeropuertos. Unos vienen, otros se van,
igual que Alicia sin ciudad.

El valor para marcharse,
el miedo a llegar.

Llueve en el canal, la corriente enseña
el camino hacia el mar.
Todos duermen ya.

Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar...
o empezar.

Un instante mientras los turistas se van.
Un tren de madrugada
consiguió trazar
la frontera entre siempre o jamás.

Llueve en el canal, la corriente enseña
el camino hacia el mar.
Todos duermen ya.

Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar...
o empezar.

Ella duerme tras el vendaval.
No se quitó la ropa.
Sueña con despertar
en otro tiempo y en otra ciudad.

Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar...
o empezar.

miércoles, 1 de febrero de 2012