martes, 28 de febrero de 2012


Pelearé cómo el más terrible pit-bull,
Mis ojos serán dos onix y guardarán su fuerza.
El miedo será una piel de plátano.
Tu odio me engrandece,
tu indiferencia será un bastón.

Usaré las armas con el qué atacas,
cómo dardos de curaré,
para anularte, desvalijar tu caparazón,
viajando por conexiones,
dejaré el pueblo que marcaba el letrero,
a cien kilómetros...
sin apenas despeinarme.

Volveré a enamorarme del pene de Rasputín,
o de Afrodita,
o lo que sea,

ardo de fuego azul,
de pupilas grandes cómo discos negros,

la música me transportarán por los años
qué preñaban nuestras cabezas de metal.

La risa, el sentido del humor,
se volverá escandalosa,
y poco a poco
despegaré de Callo Cañaveral
para darme unas vueltas
a un carrusel de nebulosas,

No vaciles,
no temas,
mi disparo más que certero,
necesario,

menos mal, no he perdido
mi autobús!