viernes, 10 de febrero de 2012

Te dije que no abarcaras la inmensidad del cielo
con tus ojos grandes,
que rompe los huesos y los astilla,
esta ciudad de muertos,
los millares de coches,
que ruedan,
las personas que se rozan sin darse cuenta que están dormidos.
Si te sientes vacío,
cógete la almohada
y roela por las noches de luna llena,
te dije que no pretendas entender la luz,
y la sombra.
Te dije algo,
pero ya te habías ido,
caminando,
a lo lejos...