miércoles, 30 de noviembre de 2011

mientras, me vas matando

Quieren cegarte los ojos, comiéndolos de oscuridad y cieno,
la ciudad quebranta su quejido nocturno tejida con su tela de amianto,

no chilles chiquillo de pelo negro,
y dame la mano,
entremos,en esta boca de metro, sucia y destartalada...
que emana un aliento cálido y fétido.
Vamos, qué temes?

No tengo miedo.
No te temo.
No temo ni a los raíles,
ni a la gente que anda dormida por los andenes,
no temo a la suciedad incrustada en la parada,
no temo,
no temo...
pero sobretodo,
no te temo a tí,
sí, a ti, cancerbero qué alimentas mi estómago reventado,
mientras, con la otra mano,
me vas hiriendo,
me vas matando...

sábado, 26 de noviembre de 2011

jueves, 24 de noviembre de 2011

Y si el piano acaricia una respuesta afirmativa.
Tocando con los dedos, las teclas,
y tu piel.

He olvidado tu nombre,
se desdibujan tus ojos cuando trato de mirarte en la memoria.

Cuan cálido puede resultar un café descafeinado de sobre.
Y dejar hablar nuestros labios.
Y dejar qué las horas se caigan del reloj, efímeras.

Si la lluvia repiquetea y marca un ritmo, afuera,
porqué llueve,
tú,
eres sin duda,
la música de mi vida.

martes, 22 de noviembre de 2011

Nada puede medir el dolor. La angustia.
La cantidad de cigarrillos a medio consumir, en el cenicero.
La oscuridad en la que queda sumida mi cuarto, mientras me quedo pensando,
¿será esta, mi última?
Por qué dolor pesa. Pesa, no lo sé, pesa cómo una garrafa de agua de ocho litros.
La angustia es tan puta qué no se va, qué no se va, a veces, ni con un diazepan,
y te hace latir a mil, el corazón, y por eso decía...
¿será esta, mi última?
Son las cuatro y pico de la madrugada y escribo.
Escribo para no acabar de enloquecer del todo.
Para sacar todo lo que llevo dentro.
Toda la mierda,y airearla.
Aún así, tengo un pensamiento en elíptica en mi mente oscuro y negativo
qué sé que no podré plasmar en el papel.
Tal vez no quiera, no lo sé.
Rumiar y rumiar hasta desgastar los huesos.
Dar vueltas y mas vueltas volviendo siempre al mismo punto.
Y siempre con la misma sensación de ganas de vomitar.
De huir, si fuera posible,
muy lejos,
lejos, de todos
y de todo esto.
Todo esto duele y asusta demasiado.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Ayer vi a un personaje por televisión diciendo que la “soledad,era una enfermedad.”
Afirmaba rotundamente.
Debo estar muy enfermo, yo?
Pues estoy gratamente acompañado, muchas veces.
Pero me siento cómo un iceberg por el Atlántico Norte a la deriva.
Me río como un gilipollas de cualquier broma, sonrío ampla miente.
Digamos que me parto el culo mientras que por dentro estoy totalmente serio
o no me hace la menor gracia el chiste de turno.Me estaré robotizando?
La tristeza, la melancolía o estos aires de pre otoño se han posado como el óxido
corroe un metal y lo va matando lentamente.
Y vago las calles odiando que la gente se meta en mi trayectória,
Fuera!
Fuera, largo!
y hasta me jode que una pareja se ría mientras se fotografían en esta barcelona escaparate.
Estoy tan poco entrenado, que si salgo una noche y me tomo un cubata y me meto en una discoteca
lo que mas me preocupa,no es bailar y mostrar mis atributos con David Guetta sonando,
si no que he de vigilar con los putos focos y láseres,
no vaya a ser que me pegue una ostia y sea por una centésima de segundo el centro de atención de todos,sin quererlo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

El sol oxida los pétalos de las flores que asoman en el balcón.
La luz ciega.
Este noviembre viene preñado o de lluvia atronadora,
o de primavera despistada.
Algunos castaños andan resfriados y expulsan hojas que
están tan mareadas como yo,
con tanto descalabro meteorológico.

La castañera, cuece boniatos y castañas,
en las Ramblas.

martes, 8 de noviembre de 2011

La espera se hace eterna.
El andén del metro está atiborrado de muertos rezando con sus iphones,
sus blackberry's...
yo observo.
El calor no se corresponde con la temperatura exterior.
Miro al suelo y me quedo embobado con un trozo de donut refregado,
parece, una mierda.A veces lo mas fútil puede resultar excitante.
La gente, bueno, el monumental gentío me está provocando un leve estado
de ansiedad que va creciendo.
Subo a toda hóstia mi reproductor de música.
Una árabe me mira detenidamente. Sus ojos buscan los míos.
Los míos huyen los suyos.
¿Qué miras? Me pregunto.
El tren, cómo unas cajas de cerillas unidas con un cordel, ulula
por las entrañas de la ciudad.
Me bajo en Liceo.
Por fin yo, mi horda de zombies de papel,
vemos la luz,
de la calle.

lunes, 7 de noviembre de 2011

URGENCIA

Me urge hacer una herida profunda en la distancia.
Una herida suficiente. No que sangre.
Pero sí profunda.
Que marque un ahora y un después entre tu y yo.
Me gustaría poder volar a golpe de pájaro.
Y cumplir con las estaciones del año.
Y en invierno, huir hacia al sur, volando.

Me urge hacer una herida profunda en la distancia

Por que sufro en esta distancia corta. En los mensajes de sms de móvil.

En las llamadas perdidas.
En las pocas horas que desperdiciamos tomando un café
 cuando la noche,
vence al día
en cualquier bar del raval.

Por eso, por mi, sobretodo por mi,

me urge, con un corte de bisturí,certero
hacer un corte,
Me urge hacer una herida profunda, en la distancia

viernes, 4 de noviembre de 2011

No puedes

No hay realidad que contenga mi ser.
Sufro viendo pasar el autobús.
Viendo pasar el niño que va al colegio temprano,esta mañana
lluviosa difuminada casi de invierno.

Me rasco la costra por qué quiero huir.
Pero no hay donde huir.
Todo es demasiado racional.
En todos sitios un euro
es un euro.

En todas partes, la luz,
desplaza la oscuridad.