viernes, 2 de marzo de 2012


Sí quisiera, podría encontrarme circulando por el raíl,
La gran ciudad se come los puños,
Paquis, locutorios y woks cubren con escamas el entramado...

Absorbo el olor del asfalto,
y veo cómo todo cambia,
un gran mecano
siempre moviéndose..

te doy una moneda?
Conciencia herida,
en una
dos tres
cuatro esquinas...

Jóvenes se comen el polen,
y danzan como abejas furiosas.

La calle cuenta la verdad,
evidentemente,
los urbanitas, algunos,
siguen dormidos,

y trabajan,
y luego descansan
y no se dan cuenta de nada,

y el cambio está más cerca,
damos golpes a ciegas,
a una enorme piñata de chinchetas.